Ahora que soy madre he aprendido tanto de mi pequeño.
Todavía no sabe hablar, pero cómo nos ha enseñado, y él ni cuenta se ha dado.
Justo el otro dia renegó porque traté de ayudarlo a sentarse. Sospecho que queria hacerlo solo,
el plebe solo tiene 4 meses, y sus movimientos aun son torpes, pero aún así lo dejé intentarlo...
Después de un par de intentos fallidos, se desesperó, levantó su carita y me miró con esa peculiar mirada de: "mami ayudame!!". Al instante lo sostuve y lo incorporé... me alegró ver cómo disfrutaba de esta nueva postura, ahora sabe que también puede sentarse.
Pero lo que llamó mi antención fue su deseo de independencia, él todavía no sabe lo que yo sé, que es totalmente dependiente de mi para todo. Pero aún así, lo dejé ser.
Recuerdo haber leido que Jesús dijo: "Sin mí nada podéis hacer". Creo que él sabía lo que nosotros aun no sabemos, que somos totalmente dependientes de Él para todo, pero aún así, nos deja ser.
Y lo curioso es que no pasa mucho tiempo para que levantemos nuestra cara y clamemos: "Dios mío ayudame!!"...
Antes creía que Dios se molestaba, pero ahora solo puedo imaginarmelo sonriendo con extrema ternura, extendiendo sus poderosas manos para incorporarnos de nuevo a la vida...
Si yo puedo amar tanto a este nuestro pequeñito, ¿Cuánto más nos amará nuestro Padre Celestial?
En lo que a mí respecta, sigo aprendiendo....
No hay comentarios:
Publicar un comentario