viernes, 24 de noviembre de 2017

Motivos


Tengo un motivo mas no las palabras. Ellas se ahogan y se desvanecen al igual que la tinta de aquella vieja pluma compañera en cierto tiempo de mi peregrinaje.

¿Cómo expresarlo? Si el mero pensamiento ofende.

Marañas y acrobacias mentales, todo se esfuma... excepto lo furtivo, el miedo, el descuido, la indiferencia...la ausencia.

Temerosos al primer paso, se emprende la huida. A veces, es mejor da la media vuelta y desaparecer.

Marañas y acrobacias mentales, todo se esfuma... excepto lo furtivo, el miedo, el descuido, la indiferencia...la ausencia.

Tiempos truncados, tiempos salvados, pero la astilla en el corazón siempre punzante.

Miedo, hay mucho dolor... no queda otro remedio que ocultarlo, levantar la cabeza y seguir adelante dejando detrás un suspiro, un recuerdo, un intento, un olvido.

Marañas y acrobacias mentales, todo se esfuma...excepto lo furtivo, el miedo, el descuido, la indiferencia y... tu ausencia.

Lágrimas de burbujas

¡Correr! correr para escapar, correr para desaparecer, correr para no pensar.

Los recuerdos se agolpan fuerte en mi mente. Las heridas que creí no existían se hicieron evidentes, tanto, que duelen. Y los que sufren son los inocentes, como lo fuimos en otro tiempo con otros verdugos, que a su vez, en algún tiempo, sufrieron sin ser culpables.

Pero el tiempo lo redime todo. Verdugos que no sabían lo que hacían tratando de remediar sus errores, al mismo tiempo que, trataban de sanar sus propias heridas... y ahora, podemos dialogar. Ya no somos los mismos de antes, ya no somos enemigos, ahora podemos dialogar y un vínculo se ha creado, vinculo una vez negado, vinculo extrañado, vinculo necesario...

Que el tiempo se redima, que las palabras y las ideas fluyan mientras la brecha se hace más corta... ¡que irónico! ¡Qué paradójico! la brecha se acorta y el tiempo se nos acaba. ¡El tiempo se nos acaba!

¿Por qué nos dejamos robar? perdimos en el frenesí de la vida aquella única cosa no renobable que teníamos: el tiempo.

Dejemos que la vida siga dando sus vueltas, pero nosotros aprovechemos bien el tiempo, porque los días son malos (Efesios 5:16), muy malos, y no hay marcha atrás. Algún día las oscuras vueltas de la vida terminarán y las preocupaciones y los desgastes de la misma acabarán y, entonces sí, seremos libres para volar.

Volar sin temores, sin preocupaciones. Llenos de incontenible felicidad, con luces de todos colores que se elevan desde un suelo de algodón. Y sonoras carcajadas al punto de las lágrimas surgirán, lágrimas que se convierten en burbujas al viento.... supongo que así son las lágrimas de la felicidad.

¿Será que tiempos felices se avecinan? ¿No se supone que uno es el autor de su propia felicidad? ¿Es que acaso, es el agradecimiento el secreto de una vida feliz?

¡¡No más lágrimas derramadas! Quiero lágrimas que lleguen hasta el cielo y ahí sean guardadas como un recordatorio de que se puede ser feliz, aún, en medio de cualquier adversidad.

Aunque haya lágrimas, no dejes de sonreír. Sonríe como señal de que tiempos mejores llegarán, sonríe como para dejar una marca indeleble en el recuerdo de aquellos que están librando sus propias batallas, sonríe a amigos, a enemigos y, aun, a un desconocido... nunca sabrás si tu sonrisa les de ese último impulso que necesitan para vivir.

Sonríe que tiempos mejores llegarán.

"Tú (Dios) llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has regisitrado cada una de ellas en tu libro" Salmo 56:8 ( Versión: Nueva Traducción Viviente)














viernes, 20 de enero de 2017

Ven Señor como dijiste, Derrama tu gloria!!


Estoy  sorprendida de lo fácil que era escribir antes, no sé si es por la falta de sueño, la falta de tiempos a solas o la falta de neuronas (¡vamos, con el tiempo ellas se deterioran!)

Se me entumen los dedos y los pensamientos.

Esta nublado, turbio, frío... y no solo me refiero al tiempo. Solo Dios sabe lo que depara el futuro, nuevos líderes asumiendo poderes y, al mismo tiempo otros deseando que dinosaurios políticos dejen sus cargos. Paradojas.

En todos los casos, en todos los tiempos sigue el clamor. Hay un deseo colectivo de querer, de que me quieran, de desear cambios, que alguien cumpla sus promesas, de mejoras, milagros, respuestas, anhelos. Es una hambruna interna, una tierra seca, agrietada y árida que da frutos amargos de tristezas, soledades, depresiones, suicidios y asesinatos.

Hoy más que nunca se hace evidente aquella palabra: "La creación entera clama a una la manifestación gloriosa de los hijos de Dios". Es pues que, somos nosotros los portadores de la gloria de Dios. Si nosotros no reflejamos Su gloria, difícilmente "alguien" podrá ver a Dios. O hay allá afuera un mundo ciego que no quiere ver, o unos creyentes carentes de todo... o ambas cosas. En todo caso, sólo una cosa es necesaria: volvamos a Dios.

Bien lo dijo El: "Sin mi nada podéis hacer".... y lo hemos intentado. Hemos sacado todo lo que "huele a Dios" de nuestras vidas. Casi puedo escuchar los pensamientos de quien me está etiquetando de "retrograda", "mente cerrada" e "intolerante", (no importa,respeto tu opinión, respeta la mía) Pero seamos honestos, los resultados hay sido catastróficos y luego preguntamos ¿Dónde está Dios? o decimos: Si Dios fuera bueno no permitiera tanta maldad... llamemos a las cosas por su nombre, no ha sido Dios quien ha abandonado al hombre, es el hombre quien ha abandonado a Dios.

Si tan solo intentáramos hacer las cosas diferentes, tal vez las cosas cambiarían. No sé, tal vez solo se trata de hace caso a esa hambruna interna y clamar a Aquel que hace de la Nada, Todo. Tal vez nos sorprendería Su respuesta.

No sé tú, pero hoy más que nunca me uno al clamor: Ven Señor, derrama tu gloria como dijiste.

"Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne" Joel 2.28

``Porque derramaré agua sobre la tierra sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes." Isaias 44.3