¡Correr! correr para escapar, correr para desaparecer, correr para no pensar.
Los recuerdos se agolpan fuerte en mi mente. Las heridas que creí no existían se hicieron evidentes, tanto, que duelen. Y los que sufren son los inocentes, como lo fuimos en otro tiempo con otros verdugos, que a su vez, en algún tiempo, sufrieron sin ser culpables.
Pero el tiempo lo redime todo. Verdugos que no sabían lo que hacían tratando de remediar sus errores, al mismo tiempo que, trataban de sanar sus propias heridas... y ahora, podemos dialogar. Ya no somos los mismos de antes, ya no somos enemigos, ahora podemos dialogar y un vínculo se ha creado, vinculo una vez negado, vinculo extrañado, vinculo necesario...
Que el tiempo se redima, que las palabras y las ideas fluyan mientras la brecha se hace más corta... ¡que irónico! ¡Qué paradójico! la brecha se acorta y el tiempo se nos acaba. ¡El tiempo se nos acaba!
¿Por qué nos dejamos robar? perdimos en el frenesí de la vida aquella única cosa no renobable que teníamos: el tiempo.
Dejemos que la vida siga dando sus vueltas, pero nosotros aprovechemos bien el tiempo, porque los días son malos (Efesios 5:16), muy malos, y no hay marcha atrás. Algún día las oscuras vueltas de la vida terminarán y las preocupaciones y los desgastes de la misma acabarán y, entonces sí, seremos libres para volar.
Volar sin temores, sin preocupaciones. Llenos de incontenible felicidad, con luces de todos colores que se elevan desde un suelo de algodón. Y sonoras carcajadas al punto de las lágrimas surgirán, lágrimas que se convierten en burbujas al viento.... supongo que así son las lágrimas de la felicidad.
¿Será que tiempos felices se avecinan? ¿No se supone que uno es el autor de su propia felicidad? ¿Es que acaso, es el agradecimiento el secreto de una vida feliz?
¡¡No más lágrimas derramadas! Quiero lágrimas que lleguen hasta el cielo y ahí sean guardadas como un recordatorio de que se puede ser feliz, aún, en medio de cualquier adversidad.
Aunque haya lágrimas, no dejes de sonreír. Sonríe como señal de que tiempos mejores llegarán, sonríe como para dejar una marca indeleble en el recuerdo de aquellos que están librando sus propias batallas, sonríe a amigos, a enemigos y, aun, a un desconocido... nunca sabrás si tu sonrisa les de ese último impulso que necesitan para vivir.
Sonríe que tiempos mejores llegarán.
"Tú (Dios) llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has regisitrado cada una de ellas en tu libro" Salmo 56:8 ( Versión: Nueva Traducción Viviente)
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