martes, 7 de febrero de 2023

¡Adiós, Adiós, Adiós!

¿También te tengo que decir adiós?

Eras lo único que me quedaba de mis añoranzas.
Ahora tengo que volver a crecer... otra vez.

Oh, mi eterno infantilismo,
aferrándome a lo que no es.
Soñadora me llaman.

¿cuándo fue?
¿en qué momento?

Un mundo de días se interpone,
mi inconciencia contra la conciencia,
Estoy en desventaja.

Hay pesares mayores que el mío, eso es seguro.
Todo es en vano.

Adiós a aquellos años de inocencia
imaginándo lo que no es.

Ojos tristes manifiestos,
como el reflejo de un espejo.
He visto esa tristeza,
la conozco muy bien.

Adiós, en una noche de otoño,
y una luz queda encendida.

Me despido de la infancia donde todo era perfecto.
Quisiera regresar el tiempo,
pero ya me dí cuenta que no puedo.

Agradezco que me hayas visto
como si un cisne se escondíera en mí.

Me despido agradecida por las palabras nunca dichas,
las sonrisas olvidadas, los sueños truncados
y el futuro que no existirá.

Agradezco un pasado tan fugaz,
el suspiro donde se iba el alma,
y por el gesto que no se supo interpretar.

Agradezco el remordimiento que se asoma en la mirada,
de verdad lo agradezco.

Pero sobre todo, agradezco no saber más.

Me despido agradecida:
Adiós, adiós, adiós.

P

"¡No olvides quién eres!"

"¡No olvides quién eres!"

Tus palabras me sorprendieron,
sólo tú sabías a lo que me enfrentaría.

Un golpe de esa magnitud sólo se podía resistir
con el sonido de tu audible voz.

Conocías la condición del corazón,
conocías la intención, el futuro y la necesidad.

"¡No olvides quién eres!"
Tal vez, en mi debilidad lo hubiera olvidado.
Pero fue tan firme, ¡fue tan real!

Tal vez me pueda olvidar de quién soy,
pero jamás podré olvidar el sonido de tu voz.

Parece increíble, pero
¡Dios me habló!