Todos queremos ser felices... sin embargo, hay una frase en la Biblia que hace poco me llamó la atención. Decia algo asi: "Los tropiezos son inevitables..."
Cuando pensamos en la felicidad, no hay lugar para los desaciertos. Si he de ser feliz, entonces no tendré que enfrentar problemas, de hecho, seré feliz cuando estos problemas desaparezcan.... y asi nos vamos creando nuestro propio concepto de felicidad.
Pensamos... seré feliz cuando.... tenga dinero, tenga pareja, tenga hijos, tenga amigos, tenga paz, tenga salud, tenga a mi familia a mi lado, cuando...... etc, etc, etc. Y la incansable persecución por ser felices pareciera nunca acabar... y nos afanamos tanto, asi como un perro corre tras su cola sin nunca alcanzarla....
Y esque la felicidad no es circunstancial, sino un estado del corazón. A veces creemos que seremos realmente felices si tan solo esta situación cambiara.... pero debemos recordar que no debemos depender de las circunstancias para sonreir, pues, corremos el riesgo de nunca hacerlo....
He visto personas con poca economia, sin carro, yendo dos o tres veces por semana al Seguro, con un diagnóstico médico nada favorable y aún asi sonriendo y dándo ánimo a los demás.... y también he visto personas con mucho dinero, estudios, belleza y amigos, deprimidos en su amargura... y en mi mente algo no encaja. Algo pareciera estar fuera de lugar...
¿Entonces?
En un concepto muy propio y muy personal, creo que la felicidad es: estar agradecido.
Si me permites, te contaré un recuerdo más, y este es mio. Este diciembre me encontraba muy afanada porque queria regalar a todos mis familiares, pero habia un pequeño problema... todo parecia estar muy caro. Sin darme cuenta gasté más de lo que debia y al hacer las cuentas no habia quedado mucho para los gastos de la casa... sentí ese peculiar remordimiento del comprador compulsivo, tuve ganas de regresar lo comprado, pero era imposible... venia un tanto molesta y reclamando, primero a mi misma por no haberme organizado, por no haber ahorrado más dinero, luego con Dios, por no habernos provisto de mayor economia.... es ironico, pero con qué facilidad culpamos a Dios por nuestros errores, oh! pero a El gracias que nos tiene infinita paciencia, estaba a punto de recibir una de las lecciones más preciosas de mi vida....
Al dar vuelta en la esquina, mis ojos se topan con un indigente que junto a su perro vagabundea por los alrededores de la casa,.. juntos recorren cada casa ofreciendose a barrer banquetas o lavar los autos... pero esta vez, con su siempre sucia ropa y sus pies descalzos, estaba sentado a la sombra sobre una cubeta y su perro frente a él, y con un trapo viejo jugaba a que su fiel mascota no podia quitarselo..... mis ojos se llenaron de lágrimas al ver su amarillenta sonrisa carcajeando, al festejar y acariciar a su amigo. Era vispera de navidad y no se veia preocupado, es más, se veia mucho más feliz que yo.... te diré la verdad, ahi desde mi auto, viendo semejante cuadro, tuve que llorar.
Minutos antes me sentia tan infeliz, que no me daba cuenta que acababa de comprar regalos, andaba en carro, mi ropa estaba limpia, mis pies traian zapatos, tengo una casa al cual llegar a descansar, mi esposo y yo estamos muy bien de salud, y hasta tenemos una mascota sin pulgas... en ese momento agradeci por todas las bendiciones que habia en mi vida... y por aquellas que no, también.
No pasaron segundos cuando me sentí realmente feliz. Si al recordar nuestra vida, en vez de reclamar las injusticias que nos han cometido, las amistades que hemos perdido, el dinero que se nos ha ido.... vieramos todo con agradecimiento, no hubiera amargura en nuestos dias.
Se nos ha olvidado que la Biblia dice en alguna parte que: "Demos gracias a Dios por todo".
Hemos tenido siempre frente a nuestos ojos la clave para ser felices. Solo que la ingratitud nos ha cegado. Como dijo Jesús: "Los tropiezos y los problemas serán inevitables", Dios nunca nos mintió al respecto. También dijo que en "este mundo tendriamos aflicciones", pero añade "no teman, yo he vencido al mundo".
Y en este momento al saber que no estoy sola en esto, que Dios está conmigo, me siento profundamente agradecida, profundamente feliz... y si para permanecer en este estado de felicidad tengo que agradecer por todo, entonces dejame decirte que: Yo quiero ser feliz.
¿Y tú?
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