sábado, 12 de diciembre de 2009

AMAR DUELE

Se me ha pedido que escriba... y me siento rara porque generalmente nace de mi iniciativa e inspiración el hacerlo, pero esta vez es diferente, me han dado el tema, y he tenido que buscar, hurgar en lo más recóndito de mis recuerdos para poder plasmar en letras lo que solo aquel que ha amado de verdad puede entender... que amar duele.

Entre susurros escucho la voz de una dama sollozar porque su esposo ha sido infiel,
Veo las lágrimas de una madre derramarse al escuchar al fruto de su vientre decirle: "te odio",
Siento la punzada en el corazón de aquel que ha descubierto la mentira,
de aquel que ha sentido la traición del amigo más que hermano.
Veo la tristeza del hijo que no tiene padre que le escuche,
Y la lista puede seguir, en todos los casos hay dolor y detrás de el, se esconde el amor.

Todos ellos han amado... Y porque han amado, duele tanto.

Contrario a lo que nos han enseñado las películas y los cuentos de hadas, el: "vivieron felices para siempre" no existe. Si vemos relaciones saludables, estables e incluso envidiables, una cosa debemos tener por seguro, no fue producto de la casualidad.

Una buena relación requiere de esfuerzo y dedicación.
Y la mayoría de las veces: Sacrificio... lo sé, esa es una palabra muy fea. Pero debemos ser conscientes de la realidad y no tener expectativas tan altas, debemos saber que esa persona a la que considero especial no es perfecta, que es humana y que tarde o temprano fallará... al igual que yo.

Y es cuando nos fallan que aparece el dolor. Todo parecía ser tan perfecto, pero de pronto el golpe, y la verdad se descubre; entramos en shock... Las mil y un preguntas dan vueltas en la mente: ¿cómo pudo ser? ¿En dónde fallé? ¿Como no me di cuenta antes? y las acrobacias mentales no se hacen esperar.

Si me hubiera traicionado un desconocido no tendría importancia, pero generalmente quiénes más nos lastiman son aquellos a los que entregamos nuestro afecto, aquellos a los que hemos decidido amar con todo el corazón... Así es, mar duele, y a veces duele demasiado.

La pregunta es: ¿Qué hacer cuando amar duele tanto?

La respuesta es más fácil decirla, cuesta mucho más ponerla en práctica: "Debemos Decidir".

Tendremos que tomar una decisión. Todos estamos en nuestro derecho de hacerlo, pero tendré que pensar y analizar con mucho cuidado, puesto que un lazo entre dos personas, una unión, una amistad, toda una vida e incluso las vidas de tus hijos estarán en juego.

Tendré que decidir si sigo amando o no. Y es aquí donde nace el verdadero amor. No el de cuentos y películas, sino aquel amor como el Libro Sagrado lo define: "El amor es sufrido".

Sé que he aprendido a amar cuando me intereso en el crecimiento y bienestar de mi prójimo, cuando lo animo a hacer lo bueno en vez de lo malo.

Todo corazón necesita un refugio de paz, aun cuando haya fallado. La pregunta es, si nosotros estamos dispuestos a ser ese refugio. "Tendremos que asegurarnos de tener algo que dar, pues Dios puso en nuestros corazones algo mucho más valioso que solo el aspecto exterior. Más que nuestros cuerpos, nuestros hombres necesitan nuestro corazón." (1)

Aún un hombre incompleto necesita una mujer completa... claro, como dije primero, habrá que analizar y tomar una decisión, hay quienes tengan que decir: "Basta, no más abusos", pero "habrá que recordar que hay un grande peligro en no perdonar a quién está realmente arrepentido." (2) Y cuando la segunda oportunidad se ofrece, todo alrededor florecerá.

¿Cómo puede ser esto? No sé cómo funciona, pero sé que es así. Un poder sobrenatural se desata cuando perdonamos y decidimos seguir amando a pesar de la falla. El dolor no desaparece de inmediato, es un proceso como todo proceso de sanidad de una herida que toma tiempo, pero si se logra llegar hasta el final, sanará. Llegará el momento en que no duela más, y a esta altura ya estaremos viendo los frutos del sacrificio de amar.

Ese poder sobrenatural es la Gloria de Dios que se manifiesta al encontrar el equilibrio entre la gracia y la verdad.

La gracia es un regalo que doy aun cuando no se lo merezca, la verdad es la realidad que golpea de repente... pero si entiendo que Dios también me ha mirado con gracia y también me ha perdonado y más aún, me ha amado, entonces yo también podré amar con ese amor que se da a pesar del dolor. Y podré encontrar el equilibrio tan anhelado en mis relaciones.

Se trata de dar, al fin y al cabo, como dice esa tan reconocida frase, "El amor es el único bien que entre más lo das, más se te regresa". Si aprendemos a amar, entonces llegaremos juntos hasta el final.


Aprendiendo a amar,
Martha Martínez de Valle.
Diciembre 2009.


Nota (1), (2) comentarios de T.D. Jakes





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