miércoles, 21 de abril de 2010

VIRTUD...

Hoy tuve una de las mejores platicas con mi madre. Platicar con ella siempre es edificante, pero por alguna razón, tengo la certeza que esta conversación quedará grabada para siempre en mi corazón.

-Mamá, leí en un libro que "Amar es amar aquello que no merece ser amado, o de otra manera no sería una virtud. Perdonar significa extender el perdón a quien no merece ser perdonado, de otra manera no sería una virtud". Y me hizo pensar si el proverbista se referia a la mujer virtuosa (Proverbios 31) como aquella mujer que sabe amar y también perdonar.

-Y recuerda hija que la Palabra dice que a la fe hay que añadir virtud.

-Mamá, yo no soy virtuosa... es muy difícil, duele.

-Hija, la virtud no puede salir de un corazón humano, tiene que ser divino. Cuando le pides a Dios que ame a través de tu corazón y que perdone a través de tu corazón, no es difícil.

-Pero, ¿no se presta a que la gente te vea la cara y te vuelva a traicionar?

-No hija, porque Dios honra a los que le honran. Por el simple hecho de obedecer al mandato de amar, Dios se encargará de honrarte, porque tú lo estarás honrando a Él. Recuerda que la obediencia trae....

-Trae bendición.

-Así es. Si no puedes amar ni perdonar, quiere decir que Dios no es el señor de tu vida, significa que todavía tu YO esta gobernando tu vida. Tienes que sacar el Yo del trono y dejar que Dios gobierne, y eso se hace solo a través de la oración.

En eso entran mis hermanos y la conversación se desvió hacia otras cosas. Pero yo solo escuchaba el vacío y sentía cómo esas palabras se acomodaban en mi corazón. Era como si una nube de humo se disipara, y a pesar de que ya sabía lo que mamá me había dicho, la claridad volvió. Hasta que la voz de mi madre interrumpió mis pensamientos:

-Hija, ¿No comiste de esta salsa, verdad? Se me hace que está aceda, burbujea....

Sí, ...comí de esa salsa.

=(

domingo, 4 de abril de 2010

DEPENDIENTE...

Ahora que soy madre he aprendido tanto de mi pequeño.
Todavía no sabe hablar, pero cómo nos ha enseñado, y él ni cuenta se ha dado.

Justo el otro dia renegó porque traté de ayudarlo a sentarse. Sospecho que queria hacerlo solo,
el plebe solo tiene 4 meses, y sus movimientos aun son torpes, pero aún así lo dejé intentarlo...

Después de un par de intentos fallidos, se desesperó, levantó su carita y me miró con esa peculiar mirada de: "mami ayudame!!". Al instante lo sostuve y lo incorporé... me alegró ver cómo disfrutaba de esta nueva postura, ahora sabe que también puede sentarse.

Pero lo que llamó mi antención fue su deseo de independencia, él todavía no sabe lo que yo sé, que es totalmente dependiente de mi para todo. Pero aún así, lo dejé ser.

Recuerdo haber leido que Jesús dijo: "Sin mí nada podéis hacer". Creo que él sabía lo que nosotros aun no sabemos, que somos totalmente dependientes de Él para todo, pero aún así, nos deja ser.

Y lo curioso es que no pasa mucho tiempo para que levantemos nuestra cara y clamemos: "Dios mío ayudame!!"...

Antes creía que Dios se molestaba, pero ahora solo puedo imaginarmelo sonriendo con extrema ternura, extendiendo sus poderosas manos para incorporarnos de nuevo a la vida...

Si yo puedo amar tanto a este nuestro pequeñito, ¿Cuánto más nos amará nuestro Padre Celestial?

En lo que a mí respecta, sigo aprendiendo....