El fin de semana pasado fuimos al país vecino. Lo que creí sería un viaje de compras y recreación, resultó ser uno de aprendizaje y reflexión.
Las distancias son largas, por lo tanto hicimos alto en un buen número de semáforos. En la mayoría había cuando menos una persona con un cartón pidiendo ayuda o trabajo. Demasiada pobreza y demasiado frío. Un hombre con un costal de latas de aluminio por aquí, una señora vendiendo periódicos por alla; se me partía el corazón, cómo ayudar... un discapacitado pidiendo ayuda, un niño con habilidades especiales tocando un intento de melodía con un intento de trompeta, con una gran sonrisa... "¿Cómo puedes soportar tanta miseria en esta humanidad que tanto amas?"..."¿Es por eso que nos urges a predicar de tu amor Dios, no solo de palabra sino de hecho?".... Comprendí: La creación entera clama a una por la manifestación de los hijos de Dios.
Martha Martínez
Noviembre 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario