"¡Oh Señor! si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes..." Isaias 64:1a (RVR1960)
Otra traducción dice:
"¡Dios nuestro! cómo quisieramos que abrieras el cielo y bajaras, haciendo temblar las montañas con tu presencia..." (TLA)
Es un clamor del corazón, tal vez por eso me identifico con el.
Es un anhelo de conocer más del Dios no conocido, del Dios que se esconde para ser encontrado, del Dios que puso un “detalle de eternidad” en el corazón de los hombres para que no pudieramos encontrar satisfacción en ningun otro lugar más que en su presencia...ante el Eterno.
El verso ha vuelto a mi mente, no hice más que suspirar... pero no un suspiro de aliento, sino uno de ¿hasta cuándo?
Y me gusta cuando siento que Dios responde a mis preguntas.
Corriendo el peligro de pasar desapercibido por las multiples tareas diarias, un susurro se hizo sentir en mi corazón: "Yo ha he descendido a la tierra... no solo rompí los cielos para descender, sino que rompí la fuente de una mujer virgen, y me abrí paso hasta llegar a la tierra como el ser más indefenso y vulnerable, para estar con ustedes."
Al instante, otro verso resonó fuerte en mi:
" Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y verdad" Juan 1:14 (RVR 1960)
Si pudiera hablar con Isaías para decirle que, aquel clamor de aquella oración ha sido contestado. Que Dios mismo descendió del cielo y no solo hizo temblar y arder los montes, sino los corazones de todo aquel que se le acercó. Sí, de todo el que se le acercó hace 2000 años y de los que se siguen acercando 20 siglos después.
"¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las escrituras?" Lucas 24:32 (NTV) - Dijeron unos de camino a Emaus refiriéndose a Jesús.
Y es que ¡Hay gloria en El! Hay un poder en Jesús y sus palabras que el corazón humano no puede resistir.
Cansados de tanta mentira y falsedad que tenemos que enfrentar cada día, nuestros corazones anhelan encontrarse con aquello que es verdadero.
¿Quién puede dar descanso al corazón cansado?
Cansado de: tantas mentiras, de tanto sufrir, de ser rechazado, de no ver lo esperado, de buscar y no encontrar, de pedir y no recibir, de no entender, de perder, de querer viviri y no poder... sí mi amigo, el cansancio del corazón tiene varios disfraces, unos lo llaman depresión, otros ansiedad y otros nombres más.
¿Quién puede dar descanso al corazón cansado? Hay Uno.
"Aquel que es la Palabra (Jesús) , habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros.” Juan 1:14a (TLA)
Jesus te entiende... puedes estar seguro de eso. Sabe de dolor, de rechazo, de ansiedad, de escasez, de persecución, de traición, de peligro de muerte, e incluso, si te estuvieras enfrentando a la misma muerte, aún ahí, El te entiende a la perfeccción.
Veo personas encontrando "espacios temporales de descanso" al estudiar las estrellas y el cosmos; a otras encontrando cierta satisfacción alabando el poder de aquel “ángel” que cayó; y también están aquellas que intentan encontrar respuestas a las grandes interrogantes de la vida buscando en su interior.
No puedo dejar de pensar: ¿Qué sucedería, si se encontraran con el Dios que formó el mundo, el universo, la luna y las estrellas? ¿Qué si se encontraran de frente con el poder de Aquel que destituyó de toda gloria a quien ahora adoran en la oscuridad? ¿Qué si pudieran hablar con Aquel que del polvo les formó?
Juan dijo:" Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios...” Juan 1:14b (TLA)
Hay un poder en Jesús que hace palidecer cualquier otro poder...pero el corazón cansado sigue buscando.
Busca amor y busca verdad.
No importa el nombre de tu búsqueda, todo se resume a estas dos: Amor y verdad. Queremos ser amados, aceptados, sentir que pertenecemos... y tenemos la necesidad de saber, de conocer, de experimentar; necesitamos la verdad.
"...Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios,
pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad." Juan 1:14 (TLA)
¿Quién puede dar el descanso al corazón cansado? Hay...sólo...Uno.
Uno que descendió y habitó entre nosotros, que no solo hizo temblar los montes con su poder, sino tambien nuestros corazones al llenarlo con su amor y abrir nuestros ojos a su verdad.
Hay respuesta para nuestro clamor. Cuando las fuerzas no dan más y cuando el temor nos rodea por todas partes. Cuando el corazón se cansa de buscar y preguntar tratando de encontrar un por qué, una razón de ser a nuestra situación..... Hay respuesta para ti.
Es algo sobrenatural, que por más que quiero, no puedo explicarlo...
¿Cómo te explico que Dios mismo, el que creó el cielo, la luna, las estrellas y todo lo que existe, bajó del cielo para estar con nosotros y ser como uno de nosotros; y que con su poder y su presencia quiere dar el tan anhelado descanso a tu corazón llenándolo de amor y de verdad?
Ahora mi clamor es distinto, puedo parafrasearlo de la siguiente manera:
"¡Oh Dios, si rompieces toda barrera de dolor e incredulidad, y descendieras a cada corazón para que te conozcan como el Hijo único de Dios, mostrado todo el amor y toda la verdad que tanto necesitan, y a tu presencia sus corazones se derritieran en amor por ti”... Amén."
Aun clamando,
Martha Martínez de Valle.
Mayo 2020.
4 comentarios:
Amén!!
Gracias a Dios hna por esta palabra, Dios la bendiga y siga revelandole su Palabra.
Bendiciones!!
Dios habló a mi corazón en esta mañana, cuando leí su publicación del 2008 (haciendo un estudio de mi devocional). Bendiciones!!
Gracias por sus comentarios!! Tengo un poco abandonados mis escritos, pero me motiva a seguir. Bendiciones!!
Aunque sea una entrada del año pasado, es bueno ver el fruto de tu talento. Aquí espero la siguiente actualización... ¡Saludos, prima!
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