¡Hoy mis dedos quieren escribir! Y eso me hace muy feliz.
No hace mucho leí un libro de la Dra. Caroline Leaf donde dice que: "fuimos programados para el amor, pero aprendimos el temor".
Basta con ver la cara de un infante durmiendo para darnos cuenta que refleja una paz inexplicable ¡Ni qué decir de sus sonrisas!Y pensar que así fuimos alguna vez en nuestra vida, pero en alguna parte del camino, "algo" o "alguien" nos atrofió y aprendimos a tener temores, y la paz se esfumó y las sonrisas disminuyeron, en algunos casos, ya no volvieron.
Pero ese no era el plan original para nosotros. Igual, aprendimos a sobrevivir con el corazón herido, levantando defensas y muros a nuestro alrededor, en un débil intento para no permitir que aquello que nos lastimó vuelva a suceder...
Por eso, los contratos, los acuerdos ante notarios públicos, pagarés, etc... ¿Será que como humanos no somos confiables? Puede que sí, puede que no. Lo cierto es que el ser humano es complejo.
"Hombre de verdad ¿Quién lo hallará?" dice la Biblia. Al parecer Dios conoce nuestro corazón.
Es que, nos es tan fácil prometer, pero luego nos olvidamos de lo prometido, y con un "perdón" o "lo siento mucho" queremos solucionar las cosas y que sean como antes, pero ¡es imposible! Y te habla alguien que cree ciegamente en el poder del perdón. Pero aunque haya un: "borrón y cuenta nueva", las cosas difícilmente serán como antes. Mi consejo es: evita aferrarte a que las cosas sean como solían ser, mejor inicia desde cero a partir del momento de la reconciliación y tal vez, tal vez... te sorprenda que todo sea mucho mejor de lo que antes tenías.
TD Jakes dice: "Todos tenemos el derecho de decir ´¡Basta!´, pero hay un grave peligro en no perdonar a quien está realmente arrepentido".
Y creo que me he desviado un poco del tema... pero volvamos a lo nuestro, la cuestión es: cómo confiar; ¡¿Cómo?! cuando somos tan frágiles, incluyendo nuestras promesas.
¡Bendita Palabra de Dios que nos brinda luz en medio de la oscuridad! Justo en el centro de toda la Biblia... como si a propósito Dios dijera que debe ser el centro de nuestro vivir, se encuentra un verso, que a mi ver, deberíamos enmarcarlo y colgarlo en las paredes de nuestro hogar:
Salmo 118:8 "Mejor es confiar en Dios, que confiar en los hombres". (RVR 1960)
La versión (RVC) dice:: "Mejor es confiar en Dios que en los simples mortales".
Y la versión (TLA) cita: "Mejor es confiar en Dios que en gente importante".
Así que, ya sea que ese "alguien" sea un simple mortal o sea alguien muy importante, Dios nos dice que confiar en el hombre (y aquí me refiero a la raza humana, no quiero meterme en líos feministas o patriarcales) no es la mejor decisión que podemos tomar.
Y es que, al confiar en Dios, nos llenaremos de esa tan añorada paz que teníamos cuando eramos niños. Esa paz planeada en el diseño original.
¿Por qué es mejor confiar en Dios? Porque la Biblia dice que "El es el mismo de ayer, de hoy y por siempre", que en Dios "no hay sombra de variación", que "Si El lo dijo, El lo hará", que "El no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta".
En mi experiencia, han sido los días turbulentos y los giros inesperados de la vida los que me han hecho tambalear, dudar de todo y de todos, ¡hasta de mi misma! Pero una y otra vez, he regresado a estas "frases" a estas "promesas" escritas en el sagrado Libro, que me dan estabilidad, seguridad, confianza y que me he llenado de una inexplicable paz.
"Fuimos programados para el amor, pero aprendimos el temor". Y el temor se ha hecho un amo y señor... ¡un verdugo para muchos! Insomnios, sudando en frío, bocas secas, un constante estado alarma, escalofríos, mentes nebulosas y terrores nocturnos... esos no estaban en el plan.
Pero si hacemos del centro de nuestra vida, el verso del centro de la Biblia... "Mejor es confiar en Dios que en los hombres"... Y descansas en Aquel que tiene el poder para cambiar tu situación en un instante... La paz llegará. Tus niveles de estrés se normalizarán, volverás a dormir, a disfrutar, a sonreír... ¡paz! tendrás nuevamente paz.
Confiando en Dios en el día a día,
Martha Martínez de Valle.
Agosto 2019.