Hace tiempo publiqué un escrito titulado No Temas...
Estaba soltera, vivía en casa de mis padres, y como quien dice no tenía mayor preocupación que contar los días para que mi novio regresara de sus estudios fuera de la ciudad, entre otras cosas.
No quiero minimizar las complicaciones que tenía en aquella época, pero al crecer un poco y con ello hacerme de unas cuantas responsabilidades, mis hijos, mis temores ahora son muy diferentes.
Nunca he temido a la muerte, en lo que a mí persona se refiere nunca le he dado tanta importancia, la enfermedad nunca me quitó el sueño, gracias a Dios, en mi familia hemos sido muy sanos, sólo gripes y una que otra cosilla por allá, pero como digo, gracias a Dios nada de gravedad.
Pero ahora, ahora agradezco a Dios por la vida y la salud. He aprendido a valorarlas como preciados tesoros más allá de lo material. No temo a la muerte, pero le ruego a Dios me de vida para ver crecer a mis hijos y verlos realizados. No temo a la enfermedad, pero clamo al Altísimo por salud para los míos y que nuestra calidad de vida jamás sea disminuida.
Pero entre las mil y un complicaciones que se presentan al crecer, aunado a la inmadurez del sistema inmunológico de los pequeños, me he llevado un que otro susto por ahí. Y ruego a Dios!!! Ruego con toda el alma que no haya sorpresas en nuestro caminar, y si las hay que sea yo quien las padezca, jamás mis pequeños...
No temas... palabras tan profundas cuando se trata del fruto de tus entrañas. Es Él y sólo Él quien puede cuidar de los míos con Sus manos poderosas, sin importar cuánto me esfuerce, yo no soy suficiente. Es entonces cuando tengo que recordar todas Sus promesas. Lo que El ha prometido sobre ellos... y que El es quién está más interesado en su bienestar.
No temas... 366 veces mencionado en la Biblia. Una para cada día del año, incluso los años bisiestos.
No temas, por favor, Martha... No temas!!!
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