martes, 16 de septiembre de 2008

TUS MANOS...

El Salmo 119.73 dice: "Tus manos me hicieron y me formaron..."

Desde siempre he tenido una gran fascinación por las manos. Si me preguntas qué es lo que más me gusta del físico de mi esposo... aunque tiene muchas cualidades.. te diría que sus manos.

Y es que sus manos son grandes, blancas, fuertes, pero al mismo tiempo lo suficientemente tiernas como para tratarme con cariño. Son tan fuertes que son capaces de sostenerme si voy a tropezar, tan firmes que puede levantarme cuando caigo, tan calidas que me dan calor en medio de los más crueles inviernos... y sobre todo, en la negrura de la noche... cuándo él piensa que ya me he dormido... siento su mano acariciar mi rostro, haciéndome sentir su presencia y su cercania, diciéndome sin palabras que él siempre estará ahi.... a mi lado.

Sus manos me dicen tanto...

Y no puedo menos que imaginar cómo serán las manos de Dios. Esas manos que dice en su palabra que ".. me hicieron y me formaron". Puedo imaginar a Dios usando esas bellas manos, no grandes sino inmensas, no blancas sino resplandecientes, no fuertes sino todas poderosas... y al mismo tiempo tan tiernas como para formar con ellas cada detalle de mi existencia. ¿Puedes imaginar a Dios acomodando las pesatañas de tus ojos? Tan tierno, tan delicado...ni una de ellas fuera de lugar.

En más de una ocasión he sentido la mano de Dios sostenerme al tropezar, levantarme cuando he caido... y yendo más allá... también le he sentido acariciarme en medio de mis noches, asegurandome su presencia y diciendome que Siempre velará por mi.

Si con un dedo Dios escribió sus mandamientos con fuego en unas tablas... ¿Qué podrá hacer su mano entera? ¿Acaso podré temer cuando Su mano se levanta contra mis enemigos? No lo creo. ¿Podré sentirme sola cuando me dice que "El me tiene grabada en la palma de su mano"?, ¿Podré temer cuando dice que de su mano nadie me arrebatará? Oh!!! las hermosas manos de Dios!!!! Me tienen fascinada!!

Esas manos que me formaron, también formaron al hombre que hoy camina a mi lado, y yo, solo puedo estar muchisismo más que agradecida.

Al caminar en la vida, siento la mano de mi esposo tomar la mia... y al mirar un poco más allá, puedo ver cómo de la misma manera Dios mismo voltea hacia nosotros y nos extiende sus amorosas manos... entonces, sin titubear un segundo, nos aferramos a Él, y así los tres emprendemos nuestro viaje...

tomados de las manos.

No hay comentarios: