
Es increíble lo que el paso de los años puede hacer en la memoria del hombre. Y es que con demasiada facilidad olvidamos lo que realmente vale la pena recordar... y en una paradoja, tendemos a recordar aquellas cosas que no valen la pena. Eso es lo que pasó con Bet-el.
Bet-el anteriormente era una aldea llamada "Luz", pero cuando Jacob iba huyendo de su hermano Esau por haberle robado su primogenitura, dice la Biblia que acampó en ese lugar y que tuvo un sueño donde veia angeles que subian y bajaban. Al despertar, dijo unas palabras muy interesantes:
"Y despertó Jacob de su sueño dijo: Ciertamente Jehové está en este lugar, y yo no lo sabía.(Gn. 28:16-19)."
Y desde ese momento, Bet-el tuvo un lugar importante en el pueblo de Israel, pues desde ahi se hicieron sacrificios y consultaron a Jehová. Incluso se llegó a decir que el profeta Samuel juzgó a todo el pueblo de Israel en ese lugar(1 Samuel 7:16; 10:3), pues, resulta que Bet-el significa "Casa de Dios".
Pero lo inevitable sucedió, el tiempo pasó y todo el asunto se olvidó. Se cuenta que cuando las 10 tribus de Israel se dividieron de la casa de David, Jeroboam I estableció en Bet-el uno de los centros de adoración al Becerro (1 Reyes 12:29-33; 13:1-32; 2 Reyes 10:29) y de ahí en adelante se comenzaron a cometer una serie de iniquidades a los ojos de Dios. Tanto que el profeta Oseas llamó a Bet-el con el nombre de Bet-Aven(1) por haber llegado a ser la sede de un culto idolátrico. ¿Qué significa Bet-Aven? "Casa de Iniquidad".
Casa de Iniquidad, casa de maldad, casa de vanidad, casa de la nada, casa del diablo... llámala como quieras, es lo mismo.
La cuestión es que aquel lugar en donde alguna vez se vieron ángeles subir y bajar del mismo trono de Dios, aquel lugar que una vez se llamó Casa de Dios, ahora era un lugar desierto y carente de la presencia de Dios. Y si Dios no está, el diablo aprovecha para tomar el control.
¿Cómo puede llegar esto a suceder? Mi corazón grita, mi alma gime, mi mente no lo puede comprender. ¿Has sentido alguna vez a Dios? Si es así, entonces me entiendes.
¿Quiénes somos nosotros para merecer que Dios nos visite? ¿Sabías que fue idea de Dios el habitar en medio nuestro? Si lees Éxodo 24 te darás cuenta que es Dios quien le dice a Moisés que haga un Tabernáculo en el cual Él (Dios) habitaría. Ni siquiera fue nuestra iniciativa el decirle a Dios: "Ven con nosotros". Dios mismo se invitó a nuestra humilde morada. Eso es algo difícil de entender, pero así fue.
Y el ser humano pecador por naturaleza, engreído, egoísta, petulante, orgulloso, egocéntrico y mal agradecido.... tendemos a olvidar. Y en nuestro olvido empezamos a creer que le hacíamos un favor a Dios al permitirle habitar entre nosotros.
Nos olvidamos de quién es Él en realidad. El Dios creador de todo el universo, de todo lo que existe y de todo lo que hay. Tan grande en imperio, poder, santidad y majestad... y al mismo tiempo tan humilde como para llamarse a sí mismo Emmanuel, Dios con nosotros.
Y nos olvidamos... y lo hicimos a un lado. Lo sacamos de nuestras vidas para llevar a cabo nuestros planes...
Bet-el anteriormente era una aldea llamada "Luz", pero cuando Jacob iba huyendo de su hermano Esau por haberle robado su primogenitura, dice la Biblia que acampó en ese lugar y que tuvo un sueño donde veia angeles que subian y bajaban. Al despertar, dijo unas palabras muy interesantes:
"Y despertó Jacob de su sueño dijo: Ciertamente Jehové está en este lugar, y yo no lo sabía.(Gn. 28:16-19)."
Y desde ese momento, Bet-el tuvo un lugar importante en el pueblo de Israel, pues desde ahi se hicieron sacrificios y consultaron a Jehová. Incluso se llegó a decir que el profeta Samuel juzgó a todo el pueblo de Israel en ese lugar(1 Samuel 7:16; 10:3), pues, resulta que Bet-el significa "Casa de Dios".
Pero lo inevitable sucedió, el tiempo pasó y todo el asunto se olvidó. Se cuenta que cuando las 10 tribus de Israel se dividieron de la casa de David, Jeroboam I estableció en Bet-el uno de los centros de adoración al Becerro (1 Reyes 12:29-33; 13:1-32; 2 Reyes 10:29) y de ahí en adelante se comenzaron a cometer una serie de iniquidades a los ojos de Dios. Tanto que el profeta Oseas llamó a Bet-el con el nombre de Bet-Aven(1) por haber llegado a ser la sede de un culto idolátrico. ¿Qué significa Bet-Aven? "Casa de Iniquidad".
Casa de Iniquidad, casa de maldad, casa de vanidad, casa de la nada, casa del diablo... llámala como quieras, es lo mismo.
La cuestión es que aquel lugar en donde alguna vez se vieron ángeles subir y bajar del mismo trono de Dios, aquel lugar que una vez se llamó Casa de Dios, ahora era un lugar desierto y carente de la presencia de Dios. Y si Dios no está, el diablo aprovecha para tomar el control.
¿Cómo puede llegar esto a suceder? Mi corazón grita, mi alma gime, mi mente no lo puede comprender. ¿Has sentido alguna vez a Dios? Si es así, entonces me entiendes.
¿Quiénes somos nosotros para merecer que Dios nos visite? ¿Sabías que fue idea de Dios el habitar en medio nuestro? Si lees Éxodo 24 te darás cuenta que es Dios quien le dice a Moisés que haga un Tabernáculo en el cual Él (Dios) habitaría. Ni siquiera fue nuestra iniciativa el decirle a Dios: "Ven con nosotros". Dios mismo se invitó a nuestra humilde morada. Eso es algo difícil de entender, pero así fue.
Y el ser humano pecador por naturaleza, engreído, egoísta, petulante, orgulloso, egocéntrico y mal agradecido.... tendemos a olvidar. Y en nuestro olvido empezamos a creer que le hacíamos un favor a Dios al permitirle habitar entre nosotros.
Nos olvidamos de quién es Él en realidad. El Dios creador de todo el universo, de todo lo que existe y de todo lo que hay. Tan grande en imperio, poder, santidad y majestad... y al mismo tiempo tan humilde como para llamarse a sí mismo Emmanuel, Dios con nosotros.
Y nos olvidamos... y lo hicimos a un lado. Lo sacamos de nuestras vidas para llevar a cabo nuestros planes...
Y nos olvidamos... Y donde antes se movía la presencia de Dios, hoy solo hay una pobre imitación de lo que antes fue.
Y gritamos..."El está aquí". Cuando lo hemos corrido de "nuestra aldea", para hacer las cosas a nuestra manera... y los que nunca le conocieron, creen conocerle, solo porque alguien grita: "El está aquí".
"Si no tenemos cuidado, el sensacionalismo se puede confundir con la iglesia, el humanismo se hará pasar por Su Palabra, los videntes y adivinos, se pueden hacer pasar por sus profetas, los poderes mentales y el hipnotismo por el poder del Espíritu Santo, el poder sobrenatural del diablo, por el poder de Dios" (T.D Jakes) ... y Bet-Aven se puede confundir con Bet-el.
Y gritamos..."El está aquí". Cuando lo hemos corrido de "nuestra aldea", para hacer las cosas a nuestra manera... y los que nunca le conocieron, creen conocerle, solo porque alguien grita: "El está aquí".
"Si no tenemos cuidado, el sensacionalismo se puede confundir con la iglesia, el humanismo se hará pasar por Su Palabra, los videntes y adivinos, se pueden hacer pasar por sus profetas, los poderes mentales y el hipnotismo por el poder del Espíritu Santo, el poder sobrenatural del diablo, por el poder de Dios" (T.D Jakes) ... y Bet-Aven se puede confundir con Bet-el.
Pero es eso exactamente lo que no puedo comprender. ¿Puede un lugar que antes vibró por la misma gloria de Dios llegar a ser tan árido y seco como un desierto? Si pasó una vez, puede volver a suceder...
¿Acaso podemos ser todos engañados hasta llegar a ese punto? ¿Podrá alguien ver la diferencia?
Solo aquellos que alguna vez le conocieron de verdad pueden ver la diferencia, y aquellos lo suficientemente humildes como para buscar su presencia no serán engañados...
No dejemos que el olvido y la comodidad nos afecten. Es hora de despertar de nuestro sueño, pero a la inversa de Jacob, tal vez tengamos que decir: "Ciertamente Jehová `NO ESTA` en este lugar y yo no lo sabía".
No dejemos que el olvido y la comodidad nos afecten. Es hora de despertar de nuestro sueño, pero a la inversa de Jacob, tal vez tengamos que decir: "Ciertamente Jehová `NO ESTA` en este lugar y yo no lo sabía".
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Es hora de tener nuestros sentidos bien despiertos y que Bet-aven vuelva a ser aquel lugar que una vez fue Bet-el.... Casa de Dios.
No nos olvidemos.... Volvamos a buscarle.
Martha Martínez de Valle,
Octubre 2008.
NOTAS:
Es hora de tener nuestros sentidos bien despiertos y que Bet-aven vuelva a ser aquel lugar que una vez fue Bet-el.... Casa de Dios.
No nos olvidemos.... Volvamos a buscarle.
Martha Martínez de Valle,
Octubre 2008.
NOTAS:
(1) Al lamentarse de la idolatría en la que había caído Israel en su tiempo, el profeta Oseas menciona Bet-aven junto con Guibeah y Ramá, otras ciudades importantes de Benjamín. (Oseas 4:15; 5:8; 10:5, 8.) Parece ser que el profeta aplica el nombre en un sentido despectivo a la ciudad de Betel, que en un tiempo había sido una ‘casa de Dios’, pero que entonces se había convertido en una ‘casa de lo que es perjudicial’, debido a la adoración de becerros que allí se instituyó. (1Reyes 12:28-30.) http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1200000673
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