¡Que no se apague la luz de la vida!
Mil desafíos que enfrentar, y ni siquiera es necesario salir.
La mayoría de ellos se esconden aquí dentro,
en lo recóndito del pensamiento.
Y mi mayor enemigo, de pronto, soy yo.
pensamientos remolinean en la densa neblina del ayer.
Voces que gritan fuerte, que cobran vida del recuerdo,
poder devastador y destructor.
Que anclan los pies, las sonrisas y los sueños.
Robada la vida, robado el aliento.
Las paredes se hacen más pequeñas y el aliento se escapa.
El sol se filtra por un recoveco en la cortina creando un haz de luz poniendo al descubierto las mil partículas de polvo...
Y una lágrima se filtra de los ojos poniendo al descubierto los mil temores del ayer.
¡Que no se apague la luz de la vida! Susurran mis labios...
añorando la alegría, los sueños, la esperanza.
¡Levanta esa pesada cabeza, y sacúdela!
¡Salgan las voces, que se mitigue el dolor!
"Como pienso, siento, como siento actúo... y si actúo, creo un destino"
¡Que no se apague la luz de la vida!
¡Aún hay un destino que alcanzar!
"Porque Yo sé los pensamientos que tengo para ustedes, pensamientos de bien y no de mal, para darles un fin y una esperanza"
Jeremías 29:11
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