Negar tu existencia sería como negarme a mi misma.
Es tu esencia impregnada, tan real, tan sutil...
Y gritarlo quiero, pero he guardado silencio,
aún así, te siento en lo más recóndito de mi ser
y vuelvo a creer que...
tal vez todo aquello dejó de ser un sueño para llegar a ser,
algún día, una realidad.
Y temo soñar...
duele demasiado lo que pides.
Duelen los tiempos,
duele la soledad,
duele el alma al paso de los años,
y también duele la traición.
¡Por favor no me pidas que no puedo más!
Pero tu susurro me seduce...
y como una enamorada vuelvo a caer.
Por eso mismo, porque te amo,
sospecho que lo nuestro no ha terminado.
¡Que me bese el cielo!
¡Que me bese tu boca!
Son sentimientos encontrados...
desespera mi alma al ver,
cerrar quiero el corazón.
Pero es tu voz quien lo mantiene así...abierto.
Tu voz...
"Debes aprender".. es todo lo que sé.
Y ni siquiera sé si lo hago bien.
Pero bien sé que... el día llegará.
Mientras tanto, hago lo que siempre me enseñaste a hacer...
Esperar.
Y pregunto: ¿Lo estoy haciendo bien?
¿Cómo aprendes en la espera cuando desesperas?
Es mi esencia la que me traiciona.
Correr quiero, pero hay lazo en mis pies.
¿Cuál es el siguiente paso, si ni siquiera me puedo mover?
Inmóvil y limitada,
soñar es lo único loable.
Y una a una las capas de tierra se desvanecen
de los sueños que una vez enterré.
Empiezo a dudar,
¡Esto es demasiado!
Duele el temor....
Se confunde mi voz con los gritos del corazón,
y en medio de la nada y del silencio sé que estás ahí.
Se empieza a dibujar tu silueta en mis tiempos
y tu sonrisa en mis pensamientos.
Entonces, nada importa más,
eres Tu a quien quiero.
Y si nada más lograre en esta vida alcanzar,
sólo con tocar tu manto me bastará.
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