martes, 28 de enero de 2014

Tengo hambre!!

Suelo bromear diciendo que siempre tengo hambre.

Me encanta la comida y amo experimentar con nuevas recetas en la cocina. Algunas cosas salen de maravilla, otras no tanto, pero aún así nos las comemos... precisamente antier hice mi primer pizza Hawaiana con masa de hojaldre... Deliciosa!! pero Mala para mantener la línea.

En fin... pero esta vez tengo hambre de otra cosa.... me identifico con aquel verso que dice: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados."

¡Tengo hambre de justicia!

Y no precisamente por toda la corrupción que estamos viviendo a nivel político en el país, sino por toda la carencia que estamos viviendo a nivel personal...

¿Dónde están las personas de carácter?
¿Dónde están las personas de palabra?
¿Dónde están las personas de integridad?
¿Dónde están las personas de fe?

¿Quién pudiera decir como Pablo: Hagan lo que yo hago porque sigo a Cristo"?

Así es, tengo hambre de justicia. Estoy cansada de tratar con gente "batallosa", de ser decepcionada una y otra vez por aquellos que prometieron y no cumplieron.

Estoy cansada de dudar de quien me asegura estar diciendo la verdad, cansada de escuchar una cosas y después encontrar que todo aquello era un montón de mentiras... pero sobre todo estoy cansada de mis mismas faltas.

Estoy cansada de conocer la verdad y no ponerla por obra. Debo ser honesta y comenzar por mi misma. Y es mi lucha diaria esforzarme para ser una persona de carácter.

Porque de nada sirve no tener carácter.

¿De qué sirve una persona sin identidad? No es definida, no sabe de dónde viene ni para dónde va.
¿De qué sirve una persona sin palabra? Que así como dice una cosa frente a ti, dice otra nada más das la espalda.
¿De qué sirve una persona sin integridad? No puedes confiar en ella.
¿De qué sirve una persona sin fe? Que se desmorona ante la primer dificultad y reniega contra Dios.

!Tengo hambre de justicia! De ver una generación que hable con la verdad, que sepa lo que es bueno y lo honre y que sepa lo que es malo y lo deseche.

Tengo hambre de ver matrimonios que cumplan con el pacto "Hasta que la muerte los separe", que hicieron ante Dios y los hombres.

Tengo hambre de padres responsables que miren por el bienestar de los hijos y no los dejen solos o los manden a las calles.

Tengo hambre de jóvenes que respeten a las mujeres y que no solo les vean como material sexual.

Tengo hambre de señoritas que sepan su valor y se den su lugar frente al amigo, al novio y al hombre ajeno. Que no vendan sus cuerpos solo por dinero, popularidad, un departamento o simplemente un par de zapatos.

Tengo hambre señores de ver una sociedad regenerada, limpia y restaurada...

... Pero no puedo hacer mucho, sólo puedo comenzar conmigo.Tratar de cambiar, de fortalecer mis debilidades, de esforzarme por se mejor cada día... De vivir la fe que predico.

... mientras tanto, sigo teniendo hambre.

Martha Martínez,
Enero 2014.



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