martes, 19 de agosto de 2014

Hoy fue un dia muy pesado... no sé si ando tan cansada porque aun estoy ajustándome a los nuevos horarios de la escuela de mi niño. O porque me tensioné bastante al llevar a mi nene al pediatra y escucharle decir que tenemos que darle antibiótico para evitar un cuadro de neumonía, ya que tiene un antecedente de hace un par de años atrás... el solo recuerdo me da escalofríos. Escucharle toser y el ver 38,90 grados en el termómetro realmente me inquietó.

Después de un largo baño, darle medicamento, orar (esas oraciones que salen del corazón de una madre) y unos cuarenta eternos minutos, él se encuentra jugando "futbol" en la sala con papá. Sus risas me alientan, y entonces elevo una oración de agradecimiento y pienso que "todo está bien".

Mi esposo recien llegó y se llevó a los niños para jugar con ellos en la otra habitación, lo amo por hacer eso!!  Me da un tiempo de relax y es por eso que aquí estoy. Necesitaba un descanso.

Son estos días los que detesto, no importa nada más siempre y cuando mis nenes estén saludables. Supongo que ese es el propósito de esto, valorar y atesorar sólo aquello que tiene verdadero valor. A fin de cuentas todo lo demás sale sobrando.

Hace unos días paseaba por la colonia dónde crecí.... poco a poco nuevos vecinos han llegado y debo admitir que son de cierto poder adquisitivo mayor al de aquellos que ya tienen más de diez años viviendo ahi, sus casas son impresionantes. También miré aquellas otras casas que cuando niña se erqguian en todo su esplendor, vamos! estoy hablando de casi treinta años atrás.

Todas esas casas una vez hermosas ahora están sumamente deterioradas. Me puse a pensar que: o sus negocios se fueron a la quiebra o sus propietarios perecieron. Las casas han envejecido con los años... de verdad me hizo reflexionar.

A veces nos afanamos tanto por lo material cuando ello aquí se queda, se hace viejo y se corroe. Bien dice el Sagrado libro: No hagas tesoros en la tierra donde el orin y la polilla corrompen, sino haz tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el orin corrompen. (les debo la cita) Ese verso se hizo palpable al mirar el lugar donde crecí.

Necesitamos hacer un cambio de paradigmas y dejar de ser tan suceptibles a lo que los medios nos quieren hacer creer. Lo que verdaderamente importa no puede ser medido, ni en dinero, ni en tiempo, ni en minutos.... lo que importa son los recuerdos y los sentimientos de felicidad que vivirán por siempre en nuestros corazones, y eso nada ni nadie los puede corromper.

Asi que hoy celebro la alegría de ver a mis niños reir, correr, jugar y platicarnos sus infantiles inquietudes. Momentos señores, la vida se trata de crear momentos inolvidables al lado de aquellos que amamos y que nos aman incondicionalmente.

Bendiciones!!!
Martha Martínez de Valle.
Agosto 2014.


lunes, 11 de agosto de 2014

Un corazón sangrante debe descansar


Es curioso, pero desde ayer y todo el dia de hoy he traído en la mente una reflexión que escuché hace tiempo. Se basaba en el verso de Josué 5:8 y lo explicaba un hombre... verás, si primero leemos el verso, podrás darte cuenta de la importancia de que un hombre lo explicase a la perfección:


"Después de ser circuncidados, todos los varones descansaron en el campamento hasta que sanaron."  

Como mujer no puedo siquiera imaginar el dolor por el que pasaron estos hombres al ser cortados de sus órganos sexuales. Dicen los que saben que al tercer día el dolor se torna insoportable, es por eso que vemos en el verso que "los varones descansaron en el campamento hasta que sanaron".

Es un tema muy amplio y no pretendo profundizar en el, pero en la Biblia, el tema de la circuncisión va mucho más allá del mero acto físico, es un pacto y una señal que Dios puso entre él mismo y su pueblo Israel.

Pero como decía, para Dios va más allá del acto físico, tanto así que en Deuteronomio podemos leer lo siguiente:


«Y circuncidará el SEÑOR tu Dios tu corazón, y el corazón de tu simiente, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que tú vivas.» 
Deuteronomio 30:6

Más que la circuncisión física Dios busca la del corazón, y aquí entramos todos: hombres y mujeres. 

¿Qué significa esto? A veces, por no decir casi siempre, Dios arrancará de nuestro corazón todo aquello que sea de estorbo para que podamos amarle de corazón.

Al escribirlo parece sencillo, pero en la práctica, es sumamente doloroso. ¿Acaso has tenido el infortunio de renunciar a un amor, una amistad, un buen trabajo? ¿Abandonar la ciudad que te vio crecer, y tener que estar lejos de la familia que te ama? ¿Te has visto en la incómoda posición de tener que decidir perdonar y mirar a los ojos al agresor? ¿Has tenido que abrazar cuando en realidad querías voltear a mirada y no volver jamás? ¿Has sufrido el abandono (físico o emocional) de quien prometió amarte hasta que la muerte los separe?¿Has visto morir tus más añorados sueños y el una vez futuro prometedor ahora es incierto?¿Has tenido que despedir en un servicio fúnebre a quien sientes partió antes de tiempo?

Tirones y jalones, dolores del alma entre un estira y afloja de nuestros fallidos intentos de negociaciones con Dios. Y sentimos cómo se desgarra parte de nuestro corazón. Porque para Dios el proceso de prepararnos para nuestro destino no está bajo negociación. 

Jalones que tiran de nuestro corazón, a veces desgarrando y sangrando las fibras más sensibles de nuestro ser. Circunstancias que nos obligan a renunciar a aquello que no queremos pero que sabemos es necesario... "circuncidados de corazón".

Y el proceso es doloroso y es necesario descansar... para todos aquellos que hemos sido pasados por el pedernal afilado de las circunstancias, debemos descansar. Hacer una pausa en nuestras actividades hacia la gente. Dejar de ministrar porque quienes debemos ser ministrados somos nosotros... pero veo a tantos por ahí sangrando y con el último aliento intentando dar lo que no se tiene.

Los tiempos de descanso son necesarios, y si no somos conscientes de ello podríamos desangrarnos y perder la vida. Recuerdo que estaba en la sala de espera para uno de los últimos ultrasonidos de mi segundo bebé, cuando llega una chica a urgencias. Venía desangrándose. Hacía dos días la habían operado, pero al sentirse bien se puso a lavar la ducha de su baño haciendo un esfuerzo innecesario. La imagen de su ropa ensangrentada y las gotas de sangre que dejó en el pasillo cuando la metieron casi inconsciente es algo que jamás me gustaría experimentar.  Gracias a Dios llegó a tiempo y salvaron su vida, pero el problema fue que no hizo caso de guardar reposo.

Y el descanso tampoco es fácil... recuerdo que en ambos casos después de la cesárea de mis hijos, después de tres días ya no soportaba estar en cama. Me desesperaba no poder retomar las actividades de mi rutina diaria. Lo mismo sucede en los tiempos de descanso, de pausa en Dios.. el secreto es estar consciente de tus tiempos, y hacer un alto para meditar y dar tiempo a las heridas para que sanen.


"Descansaron en el campamento hasta que sanaron".

Dichosos aquellos que cuentan con un "campamento" a su alrededor para que tome cuidado de ellos. En la práctica me he dado cuenta que se carece de "campamentos", la mayoría de las veces nos encontramos solos en las crisis, pero de una u otra manera Dios nos ayuda a salir a delante, después de todo, este proceso es de El.

Que tu corazón se aliente al saber que Dios está en el asunto. A fin de cuentas Su único objetivo es darte vida, una vida en abundancia. Es un hecho que todo por lo que pases, bueno o malo, es de preparación para aquello a lo que Dios te ha llamado y no llegarás a ese lugar al menos que El esté completamente seguro que has sanado, pues Él no envía soldados heridos a la guerra.

Así que agradezcamos cada uno de los tiempos que nos toca vivir, que todo tiene su tiempo y aunque en el momento no entendemos lo que está pasando, una cosa es segura: Dios está en control.


«Y circuncidará el SEÑOR tu Dios tu corazón, y el corazón de tu simiente, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que tú vivas.» 

Martha Martínez de Valle,
Agosto 2014.




domingo, 10 de agosto de 2014

pequeños tiranos

Mi lap top está manchada... migajas de comida y pequeñas marcas de salpicaduras de jugo o tal vez chocomilk camuflajean parte de las teclas y el monitor.

Me gustaría decir que fui yo comiendo galletas junto con una gran taza de café con leche, pero no, ese privilegio deberá esperar para poder ser saboreado... fueron mis pequeños.

Mis niños se han apoderado de toda la tecnología del hogar. No podemos encender el televisor porque exigen sus caricaturas, no pueden vernos con celular en mano porque quieren sus "jueguitos", ni hablar de la computadora, la han añadido a su lista de juguetes "especiales" y lo peor del caso es que como tiranos se han apoderado de ellos.

¿Y qué puede hacer una madre? No mucho. Hacerse a un lado y sonreír al ver cómo sus angelitos cantan, repiten y aprenden lo que estas maravillas de la tecnología les enseñan. Claro todo con moderación.

Me asombro cómo a tan corta edad sus pequeños cerebros absorben todo lo que se les presenta. Dios nos ayude a hacer de estos pequeños, unos gigantes.

Aunque admito que extraño mis tiempos de reflexión, lectura y escritura.... mis dedos se entumen lentamente.