lunes, 20 de octubre de 2014

Much afraid... but, it is well with my soul...

Much afraid... but it is well with my soul...

Torbellinos remolinean en mi cabeza, 
se hacen presentes en mis sueños,
 y hasta en canciones a lo lejos los puedo escuchar.

Y de pronto la incertidumbre por el futuro me abruma, 
no lo sé, yo no soy así.
Me ha tomado por sorpresa, sigilosamente se cerca.

Pero aún hay tantas cosas por hacer...
ahora todo se torna en emoción.

Se desarraiga mi alma de lo conocido para remontarme al por venir,
trato de sonreír, pero es más difícil de lo que creí. 
Entonces, una lágrima toma su lugar.

Revolotea mi corazón. Y una vez más quiero volver a preguntar... Ese es mi derecho.
Pero también es Su derecho el callar. 
Así que me conformo... su Gracia es y será suficiente.

¡Quiero volar! pero al mismo tiempo no quiero partir.
En el umbral de la incertidumbre calmo mis miedos y comienzo a confiar.

En confianza y sin perder la esperanza, esa será mi seguridad.



Martha Martínez de Valle,
Octubre 2014.





viernes, 17 de octubre de 2014

Qué mañana!!

Anoche me dormí a la 1.00 a.m. porque mi niña no tenía sueño... sólo dos horas después se despierta llorando pidiendo agua, así que tuve que levantarme, darle su vaso y no recuerdo mucho después de eso.
Sonó el despertador a las 6.00 am, no pude levantarme, sonó a las 7, consideré por un momento el que mi niño no fuera a la escuela, pero recordé la carita de alegría con la que llegó el miércoles cuando les dijeron que hoy viernes tendrían su clase de cocina y les enseñarían a hacer galletas. Hice un esfuerzo, me levanté y comenzó mi día...

Poco sabía de los pequeños detalles un poco complicados con los que me enfrentaría. Al estar guardando los libros de mi hijo en su mochila, me doy cuenta que no había visto una invitación de cumpleaños para hoy, la tercera en la semana.... me sentí frustrada. "Tendré que ir a comprar otro regalo"- pensé.

- ¿Mamá, ¿compraste los ingredientes que me pidieron para hacer las galletas?
- No, pero ahorita que te deje en la escuela voy por ellos y te los dejo de vuelta.

Mi hijo no quedó muy convencido.

Al ir de camino, un carro no respetó el alto y casi chocamos. Gracias a Dios por los reflejos, y de verdad me siento realmente agradecida, si recuerdas, mi condición no era la más favorable: desvelada, desalineada, sin celular (para llamada de emergencia) y con sólo media taza de café en mi sistema.

Al llegar mi hijo nota que sus compañeros llegan con regalos en las manos.
- Mamá, yo no llevo regalo.
- Si amor, ahorita voy por el y te lo traigo.

Otra vez, no quedó muy convencido.

Me fui a buscar lo prometido, al llegar a las cajas, sólo dos estaban funcionando. Una tenía unas tres personas delante de mi y la otra, únicamente una, así que me fui por la segunda.

Hay una cosa que no logro entender. No importa cuál caja escoja, casi siempre me toca que hagan el corte. Terminaron de atender a la persona delante de mí, y la cajera empezó a hacer esos peculiares movimientos de rutina: "No, no, no, no, no, noooo...... no haga el corte"- pensé.

Quedé atorada entre la cajera que hacía el corte y otras tres personas que ahora estaban detrás de mí...tuve que esperar a que terminara, y mientras tanto pude ver como se iban  una a una las personas que hubieran estado delante de mí, de haber escogido la otra caja. Gracias a Dios la cajera fue muy amable y eso compensó el tiempo de espera.

Llego a la escuela y me estaciono a pocos metros de la entrada. Error.... Estoy segura que casi todos me vieron envolver el recién comprado regalo dentro del auto. "Soy una pésima madre"- no podía dejar de pensar, mientras cortaba con mis dientes la enmarañada cinta y pegaba el moño y miraba a otros niños llegar con con sus regalos ya envueltos en las manos.

Bajé del auto con regalo e ingredientes para galletas en la mano y se los entregué a la profesora. Fue ahí dónde me dí cuenta que no me había maquillado, no me había puesto los zapatos sino unas sandalias, estaba despeinada y en pocas palabras, toda desparpajada.

Todo el camino de regreso me pregunté ¿cuándo dejaré de ser tan desorganizada?... salgo de todos mis compromisos con mi peculiar des-organización... supongo que así soy yo.

Al fin, después de una hora y diez minutos llego a casa. Al estar abriendo la puerta pasa un carro y de el se escuchaban salir unos alaridos, los identifiqué bien, recordé haber escuchado algo igual hace algunos años cuando visitábamos a una familia que tenían a un hijo "especial" que no podían controlar. "No te vayas a asustar con sus gritos"- me dijo mi madre en aquel entonces.

Agradecí a Dios que mis mañanas no son tan complicadas como las de muchos allá afuera. Agradecí todo lo que me ha dado y admiré aún más a todos aquellos padres que como yo, se levantan temprano, aunque no quieran hacerlo, atienden a sus hijos, les llevan a la escuela en transporte o a pie, y después se van a trabajar ocho horas diarias para darles los pequeños o grandes lujos que se puedan permitir; y más aún, admiré y aplaudo la tenacidad y fortaleza que tienen esos padres para dar a sus hijos con necesidades especiales toda la atención y cuidados que ellos necesitan.

No, mi mañana no fue tan complicada. No, no soy tan mala madre, y no, no voy a permitir que unos cuantos detalles arruinen el resto del día... así que entré directo a la cocina y me preparé mi desayuno junto con una gran taza de café.

Bendiciones!!
Martha Martínez de Valle
Octubre 2014.




lunes, 13 de octubre de 2014

Perdonar lo imperdonable (Parte II)

Fue un proceso. Y se hizo largo por negarme a perdonar. Pero una vez que lo hice, todo marchó por sí solo.

"Nunca estaremos limpios mientras no confesemos que estamos sucios. Nunca alcanzaremos la pureza mientras no admitamos nuestra inmundicia. Y nunca podremos lavar los pies de quienes están heridos mientras no permitamos que Jesús, aquel que hemos herido, lave los nuestros.

Este es el secreto del perdón. Nunca podrás perdonar más de lo que Dios ya te perdonó. Sólo permitiendo que te lave los pies podrás lavárselos a otros.

¿Difícil de concebir? ¿Difícil de considerar la posibilidad de perdonar a quién nos ha herido? Si es así, ve a la habitación donde está Jesús con sus discípulos. Y Jesús inclinado con una toalla y una bandeja de agua lavando los pies de cada uno de ellos. ¿Puedes verlo? ¿Puedes oír el chapoteo del agua? ¿puedes oírlo mientras se arrastra hasta la siguiente persona? Bien, conserva la imagen.

Juan 13.12 "Después de lavarle los pies..."

Debes notar que terminó de lavarles los pies. Eso significa que no se le escapó ningún discipulo. ¿por qué es tan importante eso? Porque eso significa que también le lavó los pies a Judas. Jesús le lavó los pies al traidor. Lo trató igual que a los demás. En unas pocas horas más, los pies de Judas guiarán a la guardia romana hasta donde estaba Jesús. Pero en ese momento, el Señor los acaricia.

Digamos que no fue fácil para Jesús
Digamos que no va a ser fácil para nosotros.
Digamos que Dios nunca nos pedirá hace algo que El ya no haya hecho".


Max Lucado (El Trueno apacible)

Quise que leyeras este extracto de uno de mis autores favoritos, porque mejor yo no podría habértelo explicado.

Desconozco el motivo de tu dolor, pero conozco a Aquel que puede sanarlo, pues a mí me sanó. Para algunos la sanidad vendrá al instante, a otros como yo, será un proceso nada fácil, pero te puedo asegurar que al final serás libre de todo resentimiento, odio y rencor.

Te repito, en tus fuerzas será imposible, así que por favor, busca a Dios. No busques una religión, ella no te ayudará, busca de Dios en su Palabra, la Biblia. Experimenta el perdón que sólo El te puede dar, y entonces entenderás por qué muchos han sido capaz de "perdonar lo imperdonable".



Bendiciones!!!
Martha Martínez de Valle,
Octubre 2014.

Lectura relacionada para aprender a perdonarse a uno mismo:
Es sábado!! La vida es demasiado corta para vivir pensando en el ayer

Perdonar lo imperdonable...(Parte I)

Prometí escribir acerca de perdonar lo imperdonable, y heme aquí. No sé por dónde empezar, pues hay tanto que escribir sobre el tema, incluso libros enteros se han escrito para ayudar al alma que desfallece destrozada por la traición, a ayudar a perdonar. Recuerdo un par de libros en la librería personal de mamá... y yo aquí tratando de aportar mi "granito de arena".

No soy experta, aclaro. Así que compartiré unas cuantas cosas que recopilé de aquí y otras tantas de allá junto con un poco de mi propia experiencia a lo largo de mi corta vida. (sí, aun creo que es corta).

Generalmente hay un común denominador en todas aquellas personas que hemos sentido el aguijón de la traición: "No era justo", "¿por qué a mí?" y una serie de emociones y más preguntas que envuelven a este par que casi nunca tienen respuesta. Ahh, sin olvidad nuestro enojo contra Dios.

Incluso tengo dos escritos: "Virtud" y "Lo que yo creía" que escribí justo en medio de un torbellino de sinsabores. También pasé por todo ese duro proceso que los expertos llaman "Ciclo de duelo" (negación, enojo, negociación, depresión y aceptación). ¡Claro que es un duelo! pues existe a lo largo del trayecto, la sensación de muerte. Muerte de la confianza, la esperanza, la felicidad, los sueños etc. según sea el caso de cada quién. Si estás pasando por un periodo de dolor por el descubrimiento de una traición, o por algún inesperado acontecimiento, sólo quiero que sepas que te puedo entender.

Tengo una madre que siempre me dice: "Todo es perdonable". Y si hay alguien que te puede aconsejar por ser experta en la materia, es ella. Así que te pasaré algunos de sus sabios consejos. El primero es: "No hay nada imperdonable"... y me enojaba cada vez que me lo decía, pues creía que mi dolor era único y que a nadie le habían lastimado más que a mí (Cosa que era mentira, porque ahora al ver hacia atrás, mi experiencia bien pudo ser peor, pero no lo fue) En el momento no comprendía, es que el dolor ciega e inmoviliza e incapacita el pensar. Se vuelve uno irracional. Pero una vez aclarada la mente, puedo ver que sus palabras tienen mucha razón, he sabido de personas que han perdonado incluso al asesino de sus hijos o sus cónyuges, al violador, al infiel, y la lista se puede hacer larga.

Sí, creo que mamá tiene razón, "Todo es perdonable" cuando el corazón está en la correcta posición. El mismo Jesús en medio del dolor perdonó a quienes le crucificaban, "perdónales, no saben lo que hacen"...

Pero hay quienes sí saben lo que hacen y jamás vienen a pedir una disculpa, y nos dejan con la sensación de que la vida está en deuda con nosotros. Nos dejan moribundos revolcándonos de dolor en el suelo,en un charco que, gracias a Dios no es de sangre, pero sí de las mil y un lágrimas que nosotros mismos tuvimos que secar porque no hubo nadie a nuestro lado para sacarles...Y tuvimos que vendar nuestras propias heridas.

Tengo que ser honesta contigo, es imposible perdonar en nuestras fuerzas. Nuestro corazón no está capacitado a hacerlo, a menos que (como te decía anteriormente) esté en la posición correcta, y esa posición es "Lleno del amor de Dios". Pues nadie puede dar lo que no se tiene. Si vienes a mí y me pides prestado un millón de dólares porque los necesitas para una operación de vida o muerte de alguno de tus familiares, aunque quisiera con todo mi corazón dártelos, no podría, pues no poseo esa cantidad (ahora ya lo sabes, se aceptan depósitos y donaciones jajaja, no se crean)

Volviendo a lo nuestro, si quiero perdonar, necesito saberme perdonado. Y estoy consciente que hay personas allá afuera pensando que no son ellos quienes necesitan el perdón, que ellos no hicieron mal a nadie, al contrario. Pero déjame decirte, al recibir perdón y perdonar, el mayor beneficiado eres tú.

"...cuando odias a tu enemigo, se cierra la puerta de una prisión, y un prisionero es capturado. Pero cuando tratas de comprender y liberas a tu adversario de tu odio (cuando perdonas) entonces el prisionero es liberado, y ese prisionero eres tú" - Max Lucado (Escrito: Y los ángeles guardaron silencio)

Y la ecuación se ve sencilla, pero en realidad es mucho más complicada en la práctica. "¿Quieres aprender a perdonar? Entonces piensa en todas las veces que has recibido perdón" (Max Lucado)

"Más bien sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo". (Efesios 4.32)

El perdón, al igual que el amor, es una decisión. Si quieres una relación para "toda la vida", tendrás que decidir "amar" aunque haya días en que no sientas hacerlo. "En salud y enfermedad, en riqueza o pobreza..." ¿lo recuerdas?... Y ¡no es fácil amar cuando no sientes hacerlo! pero sus frutos bien vale la pena cosecharlos. Lo mismo sucede con el perdón. No es fácil perdonar, pero si quiero una vida física y emocionalmente saludable, tendré que hacerlo. Dicen los que saben que la raíz de muchas enfermedades radica en la falta de perdón (créeme, puedes buscar esa información en Internet.)

Yo quiero estar sana. Literalmente podía sentir cómo toda esa bola de emociones tóxicas infectaban mi sistema. De pronto sufría de insomnios y otras de dormir de más, dolores sin explicación alguna; literalmente me estaba enfermando, hasta que decidí tomar la decisión más horrenda y mejor de todas: perdonar a mi adversario.

Y es curioso, porque estoy segura que esa persona ni idea tenía de todo por lo que yo estaba pasando. Pero recordé todas las veces en que yo fui perdonada, y tuve que extender ese perdón incluso cuando no sentía hacerlo. Fue una decisión consciente, no emocional. Y conscientemente decidí elevar una oración apenas audible donde mencionaba a cada persona nombre por nombre y les decía: "Te perdono. No en mis fuerzas, sino en las fuerzas y el amor de Jesús que vive en mi, te perdono"..

No fue inmediato, pero fue el primer paso que abrió la puerta de mi prisión.



Continúa....Perdonar lo imperdonable (Parte II)

jueves, 9 de octubre de 2014

Mejor no

He borrado tres escritos...

La inspiración tarda en llegar (Tal vez por los tantos pendientes en mi cabeza).

Hay trabajo qué terminar, pero me es imposible hacerlo si no me relajo, y escribir me ayuda en eso. Pero se me dificulta escribir con pendientes en mi cabeza, así que me he ciclado y no sé por dónde empezar. Se ha vuelto un círculo vicioso.

Hoy amaneció lloviendo y por un momento se siente un ligero cambio otoñal en el calor extremo que tenemos por acá. No dura mucho y el sol vuelve a salir. El calor regresa, se niega dejarnos... se supone que estamos en otoño. Traigo blusa sin mangas y el aire acondicionado está prendido en la oficina... Paradojas de la vida!!

Ciclos de la vida... y la esperanza, nos esforzamos por no dejarla morir.

"Esto también pasará" dice el famoso refrán... el frío llegará, la espera terminará, los sueños se cumplirán; y cuando menos pensemos la sonrisa volverá.

Supongo que esto es todo.... pensé borrarlo, pero mejor no.