Antier en la tarde comencé a estornudar, y como estamos construyendo en la casa, pensé que sólo sería alergia al polvo. Pero al siguiente día amanecí agripada... o ¿resfriada? jamás he sabido diferenciar la una de la otra, pero ¿eso que importa? ambas se sienten fatal.
Aún así, con el dolor de cabeza y las ganas de permanecer en cama, he tenido que hacer un esfuerzo extra para mandar a mi niño a la escuela, verás, hoy es la fotografía de grupo y pensé que sería muy egoísta de mi parte quedarme dormida, o ¿será ese amor de madre que te hace andar de pie aún enferma para atender las necesidades de tu familia?
Mi café se ha enfriado y el ruido del taladro de los albañiles está taladrando mi cabeza. Pienso que sería buena idea volver a dormir, pero con este ruido será imposible. En fin, el día comenzó, no hay marcha atrás. Las labores deben comenzar y el resfriado, digo, gripe, o ¡como sea! deberá esperar.
¿Quién me prepara un caldito de pollo?
Martha Martínez de Valle,
Mayo 2014.
¡Hola a todos! Este es mi pequeño espacio en el que puedo alejarme del mundo y concentrarme sólo en mis pensamientos... Lo llamo: "Mi lugar Secreto..." Aquí escribo todas esas cosas que, por una u otra razón no son tan fáciles de decir, pero sí de escribir... Así que, !Bienvenido! te dejaré escuchar mis pensamientos.
miércoles, 14 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
Hombre (y mujer), él te ha declarado lo que es bueno,
lo que pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia,
amar misericordia
y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6.8
Tres cosas pide Dios de nosotros. Y quiero enfatizar que jamás nos las hubiera pedido si primero no nos hubiera dado testimonio.
Hay varios ejemplos en la Biblia, pero hoy sólo mencionaré a David el salmista.
Este hombre maravilloso, valiente, de buen parecer, vanguardista, creativo, fuerte guerrero y aún así lo suficientemente sensible como para escribir poesía, y el único hombre al cual se refieren como "conforme al corazón de Dios", fue capaz de cometer atrocidades. Así es, codició, adulteró, mintió y finalmente asesinó. (2 Samuel 12)
Si tuviéramos oportunidad de hablar personalmente, frente a frente con él, podríamos decirle: "David ¿Por qué lo hiciste?". Y con justo derecho reclamar. Pero no así nuestro Dios. Al ver su humillación y el corazón realmente arrepentido, le perdonó y jamás el asunto se volvió a mencionar. Es que, así es nuestro Dios.
El muestra su amor para con nosotros y su inmensa misericordia. De hecho, es ella lo que da sentido a la vida, pues son tantas las veces que fallamos que, a veces, aún nosotros mismos nos desaprobamos.
Hay quienes han decidido quitarse la vida por una falta que no pueden perdonar, se han dejado llevar por la culpa y la depresión, que ojalá supieran que hay misericordia y que hay perdón sin importar la magnitud del error. En verdad lo digo, no importa la magnitud. Para Dios no hay pecado grande o pequeño, todo pecado se le llama como tal, y es perdonado si hay arrepentimiento.
De ahí la importancia de conocer lo que dice la Biblia (manual de la vida).
Pero no es suficiente conocer, sino practicar. Porque la Palabra sin testimonio no tiene respaldo. Por ahí dicen que un acto habla más que mil palabras. Así que a actuar se ha dicho.
Y se me ha hablado fuerte. Tal vez Dios lee mi blog. (Un comentario demasiado arrogante, lo sé, me disculpo por eso) Pero he entendido que debo mirar a través de los ojos de la misericordia aunque tenga todo el derecho de reclamar y decir ¿"por qué lo hiciste?".
Si quiero tener el respaldo divino, tendré que ser congruente. Tuve que sacar todos aquellos recuerdos dolorosos y en mi mente, mirar a los ojos a cada persona que me lastimó, no fue fácil debo decir. Pero tuve que elevar una plegaria: "Dios mio, ayúdame a mirar a través de tu misericordia".
Y fue su ayuda la que me hizo decir: "Miro con misericordia a: ___________. Una vez más te perdono".
No lo sé, a veces tendremos que perdonarnos a nosotros mismos también, y tal vez debamos hacerlo una y otra vez, una y otra vez con cada persona que nos lastimó hasta que el proceso de sanidad termine. Sabré que ha terminado cuando el recuerdo sea solo eso, un recuerdo y que no despierte ningún tipo de sentimientos. Como aquella cicatriz que nos recuerda que alguna vez hubo una herida sangrante, pero que ahora, aunque quedó la marca, no hay más dolor.
Lo sé es un escrito diferente, pero supongo que es así como se derriba el aire de arrogancia con la que alguna vez escribí. He comprendido que en la vida hay que moverse con fuerza y cierta gracia, pero al mismo tiempo asegurarse de tener el corazón libre de rencor.
Misericordia es la estrategia.
Re-aprendiendo grandes y sencillas verdades,
Martha Martínez de Valle.
Mayo, 2014.
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lunes, 5 de mayo de 2014
Sentimientos encontrados
Días de bastante aprendizaje.
No es grato cuando se abren los ojos a la verdad y se puede ver la realidad en la que se vive.
No es nada placentero ver el lugar donde otros están y saber... saber tantas cosas que por simples faltas, por falta de ganas, o simplemente por falta de visión, o falta de valor... mejor prefiero callar.
Y viene a mi mente aquella frase que alguna vez leí: "si no hay resultados, habrá pretextos".
La verdad es que con resultados o pretextos el tiempo sigue con su "tic-tac" y cuando menos pensemos el tiempo habrá pasado, las fuerzas habrán menguado y los rostros palidecido.
Es preferible intentar y equivocarse que jamás haberse arriesgado.
Es por eso que tengo sentimientos encontrados.
Demasiadas voces que gritan, pero que no logro escuchar.
Y es que, es demasiado grande el anhelo que ahoga las voces de los aromas, de los escombros, y la incertidumbre. Incluso un gran árbol podrá atravesarse en el camino, pero es más grande el impulso por avanzar. No sé qué es lo que sucederá.
Pero mis ojos lo han visto. Y se requiere de cierto grado de locura para creer que es posible alcanzar. Locura que se ha enterrado bastantes años bajo los escombros de la razón. Locura que a gritos pide volver a actuar... y pensar que en antaño le solía escuchar.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac...
Suenan las máquinas de la fábrica allá atrás, recordándome que el tiempo sigue, que no volverá.
El tiempo de la espera ha terminado, en el Nombre que es sobre todo nombre, se ha llegado el momento de actuar.
Martha Martínez de Valle,
Mayo 2014.
No es grato cuando se abren los ojos a la verdad y se puede ver la realidad en la que se vive.
No es nada placentero ver el lugar donde otros están y saber... saber tantas cosas que por simples faltas, por falta de ganas, o simplemente por falta de visión, o falta de valor... mejor prefiero callar.
Y viene a mi mente aquella frase que alguna vez leí: "si no hay resultados, habrá pretextos".
La verdad es que con resultados o pretextos el tiempo sigue con su "tic-tac" y cuando menos pensemos el tiempo habrá pasado, las fuerzas habrán menguado y los rostros palidecido.
Es preferible intentar y equivocarse que jamás haberse arriesgado.
Es por eso que tengo sentimientos encontrados.
Demasiadas voces que gritan, pero que no logro escuchar.
Y es que, es demasiado grande el anhelo que ahoga las voces de los aromas, de los escombros, y la incertidumbre. Incluso un gran árbol podrá atravesarse en el camino, pero es más grande el impulso por avanzar. No sé qué es lo que sucederá.
Pero mis ojos lo han visto. Y se requiere de cierto grado de locura para creer que es posible alcanzar. Locura que se ha enterrado bastantes años bajo los escombros de la razón. Locura que a gritos pide volver a actuar... y pensar que en antaño le solía escuchar.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac...
Suenan las máquinas de la fábrica allá atrás, recordándome que el tiempo sigue, que no volverá.
El tiempo de la espera ha terminado, en el Nombre que es sobre todo nombre, se ha llegado el momento de actuar.
Martha Martínez de Valle,
Mayo 2014.
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