lunes, 28 de abril de 2014

...perdonar.

Insisto. Puedo percibir las oscuras intenciones en esas elaboradas palabras.
Mortales sutilezas dirigidas con extremada precisión.
Pero no lloraré. El arte consiste en no dejar que esas lanzas penetren el alma.

Y me he vuelto diestra, no por voluntad propia, por superveniencia tal vez,
y por una mano fuerte, una palabra firme y una presencia fiel a lo largo de la existencia.

Tuve que aprender a bailar al ritmo de miradas y sonrisas, con cierta gracia, cierta agilidad
sabiendo en el fondo la verdad. Pero sucumbir no era opción, tenía que seguir, la música no paraba de sonar. Era necesario bailar y bailar.

Y la recurrente pregunta siempre sin respuestas: ¿por qué?

Aún con mil dudas  tener que seguir, avanzar hasta llegar hacia aquella inalcanzable luz llamada felicidad.
Y entre la oscuridad seguir avanzando, mientras por segundos se iluminaba la vida con deslumbrantes destellos recordándome que no era posible descansar, este no es el lugar, estirarse y alcanzar hasta llegar, llegar a la meta, a aquel lugar.

Tropezar y llorar, avanzar a tientas y rodar, un golpe bajo tal vez y el aliento que escapa y parece desvanecer. Pero habrá que continuar, la música sigue y hay que bailar. Mover los pies con la gracia de una gacela, sonreír y los brazos levantar para volver a abrazar.

Gentilmente esquivar y bailar, y volver a esquivar sin olvidar sonreír y la mirada no agachar. Tal vez por ser mi vida un constante entrenamiento del aprender a perdonar, puedo decir que no te conozco, pero gracias a ti, aprendí a bailar.


Perdonando otra vez,
Martha Martínez de Valle.
Abril 2014.

martes, 22 de abril de 2014

Tiempos

"Tiempos traen tiempos" me dice siempre mi padre.

Desde que tengo uso de razón, recuerdo estar siempre añorando el mañana. No lo sé. No soy de las que le abruma pensar en el futuro. Al contrario, me emociona. Siempre estoy pensando en lo que haremos, el problema es que... al parecer, Dios no tiene la misma prisa que yo.

Ahí es donde entro en conflicto.

Dicen mis padres y parientes que el día del festejo de mi primer aniversario simplemente me solté corriendo. No caminé, ni tambaleé, sólo corrí. Y ese mismo impulso es el que  he llevado conmigo toda la vida, siempre quiero correr... pero debo reconocer que hay sobre mí una mano mucho más fuerte que mi propia voluntad, y que me ha forzado a frenar y aguardar a los tiempos que El ha preparado para mi. Hablo de mi Dios.

Y aunque he renegado y llorado, al mirar atrás no me pesa, pues como dice el sagrado Libro: La Biblia, "Todo lo hizo hermoso en su tiempo".

No lo sé. Sigo esperando...  me abruma estar en este estado. Pero hay cosas que aún debo aprender, de lo contrario puedo echar todo a perder. Dicen que el salmista tuvo que esperar diez años para ser rey, y que en ese tiempo Dios pulió en El la humildad que necesitaba para dicho lugar de privilegio.

¿Quién sabe qué es lo que Dios quiere hacer brotar en mí? Lo único que sé es que sigo esperando.... Tal vez quiera enseñarme paciencia, la verdad, no he sido muy buena alumna que digamos.

sábado, 12 de abril de 2014

Mis ojos brillan otra vez.

Pienso demasiado, las ideas se agolpan en mi mente
y las palabras se hacen nudo en mi lengua negándose a salir,
imposibilitando la expresión.

Es demasiada la euforia que corre por mi cuerpo,
quiero gritarlo a los cuatro vientos, brincar, correr...
en cambio, me cierro, estoy enclaustrada.

Pero los escalofríos vienen y van,
y mi pobre estómago sintiendo los estragos.

Nuevos aires, nuevos vientos viniendo de otro lugar,
la respuesta a muchas plegarias se sigue estableciendo,
como piezas de rompecabezas embonan una a una a la perfección.

Mi boca se seca y siento que vuelo solo con pensar en lo que pueda pasar.
La monotonía se ve tan lejana a medida que los nuevos retos se acercan.

Me emociono y al mismo tiempo tengo miedo.
Supongo que es normal ante lo nuevo,
supongo que es normal cuando atraviesas las fronteras.

Cuesta concentrarme, los viejos paradigmas se hacen añicos,
mientras de entre los escombros se elevan mis sueños en el aire.

Dos meses de fuertes emociones y grandes preocupaciones,
pero mis ojos brillan.... otra vez.


sábado, 5 de abril de 2014

La primer piedra...

Es difícil ser cristiano.

Decirlo es demasiado fácil, vivirlo es lo complicado.

Se requiere de carácter y de mucha voluntad. Pregonamos una vida de arrepentimiento, lo cual significa voluntariamente dar la espalda a lo malo y hacer lo bueno, lo cual, no siempre es lo más sencillo..

Se trata de estar siempre alertas, de estar siempre a la defensiva, de no bajar la guardia en cuanto a las mil y un tentaciones con las que lidiamos cada día. Tentaciones en la carne y tentaciones en el espíritu.

Esforzarnos por ser congruentes con lo que predicamos detrás de un púlpito y lo que vivimos en el hogar tras puerta cerrada.

Y la verdad es que la mayoría del tiempo fallamos... ¿por qué? porque somos humanos.

Y osamos mirar con ojos altivos y olvidamos que somos simple mortales redimidos solo por gracia. Hermosa gracia: regalo inmerecido.

Nuestras vidas se resumen en simples intentos de hacer lo correcto. A veces con éxito, otras no tanto.

Aún así tenemos un Dios que nos ama incondicionalmente. Eso es lo que nos levanta una y otra, y otra, y otra y otra y otra y otra vez.... 24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año, por cada año que nos toca vivir.... claro, vivir bajo su voluntad.

Sí, hay mucha suciedad debajo del tapete de la vida cristiana. Pero existe aún, una preciosa sangre disponible para cubrir cada una de nuestras faltas. Faltas cometidas por debilidad no por deliberación. Pero, esa sangre es tan preciosa así, que aún al deliberado arrepentido (verdaderamente arrepentido), perdona.

A veces nos tocará estar arriba, otras en el calabozo más profundo. Pero habrá que recordar que no es en nuestras fuerzas, sino en las de Aquel que nos amó. Y con esa misma gratitud, amar a quien ha caído. Ya que después de todo, la vida del cristiano se resume en esto: Amar al Señor nuestro Dios con toda nuestra mente, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas, y a al prójimo como a nosotros mismos.

Amar, amar y amar... A Dios, al prójimo y a nosotros mismos. Y es ese mismo amor el que va a resplandecer en medio de tanta oscuridad, el tratar con misericordia al mas vil pecador. Y recordar siempre, pero siempre que el que esté libre de pecado, tire la primer piedra.




Martha Martínez de Valle,
Abril 2014.












miércoles, 2 de abril de 2014

Chile... esto es para ti.

Era una niña y muy borroso en mi mente, recuerdo haber escuchado el testimonio de una persona que le había tocado llegar a una zona de desastre, justo después de un terremoto. No recuerdo el lugar, pero lo que recuerdo es que dijo que en medio de tanto dolor, en medio le la gente que había perdido sus bienes materiales, y peor aún, a algún ser querido, le preguntó a Dios:-  ¿Por qué me has traído a este lugar, qué les puedo decir, mira cuánto dolor?- Y al abrir su Biblia salta a su vista el Salmo 46. Y es esa misma Palabra la que declaro sobre tí:


46:1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

46:2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,Y se traspasen los montes al corazón del mar;

46:3 Aunque bramen y se turben sus aguas,Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah

46:4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,El santuario de las moradas del Altísimo.

46:5 Dios está en medio de ella; no será conmovida.Dios la ayudará al clarear la mañana.

46:6 Bramaron las naciones, titubearon los reinos;Dio él su voz, se derritió la tierra.

46:7 Jehová de los ejércitos está con nosotros;Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

...

46:10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

46:11 Jehová de los ejércitos está con nosotros;Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah



















Ruego a nuestro Dios que esta Palabra se haga carne y realidad en Tu vida y en tu Nación. Amen!

martes, 1 de abril de 2014

Shhhhh.... mis niños duermen

Es curioso, pero mis dos bebés se durmieron al mismo tiempo.
Extraño el ruido en la casa, sus pasitos corriendo por todos lados,
sus gritos y sus constantes llantos. Cuando no llora uno, llora el otro, con tantos juguetes siempre pelean por el mismo.... debo confesar que eso me vuelve loca.

Siempre reniego de que no me dejan en paz un minuto, y es curioso, ahora que duermen, quiero verles despiertos. ¿Quién me entiende?

Así que aprovecho para escribir.... y escribo de ellos.

Amo a mis pequeñines. Son el tesoro más grande que puedo tener, y sé que suena trillado y cursi, pero solo una madre me entenderá.

.... insisto, se me agotan las ideas, aquellas que con tanto anhelo deseaba publicar en un momento de paz que mis hijos me negaban. Ahora se agotan...

Lo siento, no puedo más, me disculpo por el momento y me retiro.... iré a despertar a mi hermoso par de torbellinos.